Frecuentemente los pacientes en general sienten la necesidad de estar tomando vitaminas, porque consideran que les proporciona energía, o que resolverán algunos síntomas que lleguen a presentar (calambres, estreñimiento, adormecimientos, somnolencia,
cansancio, mareos, baja de presión, etc.)
Las vitaminas y minerales son elementos que intervienen catalizando algunas reacciones importantes del organismo, con la finalidad de que la función se de adecuadamente, y afortunadamente las necesidades
diarias del organismo son pequeñas. Por ejemplo el hierro es esencial para la formación de glóbulos rojos, la vitamina A en el funcionamiento de la retina e integridad de células epiteliales, la tiamina en el
metabolismo de los carbohidratos, la vitamina C en la respiración celular, y la vitamina D en el metabolismo del calcio. Sin embargo en la actualidad aún se desconocen muchas de las reacciones que modulan, pero
en general sus necesidades son pequeñas, y va acorde con las leyes de acción celular que dicen que dosis pequeñas estimulan, dosis medias inhiben y dosis mayores destruyen.
En la tabla siguiente podemos darnos cuenta de ello:
VITAMINA/mineral* |
NECESIDADES DIARIAS |
---|---|
Vitamina A |
1,000 microgramos. |
Vitamina D | 5 microgramos. |
Vitamina E | 10 miligramos |
Vitamina C | 60 miligramos (mg) |
Tiamina | 1.2 mg |
Vitamina B6 | 2.0 mg |
Vitamina B12 | 2.0 Microgramos (mcg) |
Calcio | 800 mg |
Hierro | 10 mg |
Magnesio | 350 mg |
Zinc | 15 mg |
*Tomado de Goodman y Gilman. Bases Farmacológicas de la terapeútica. |
Recordemos que un gramo, es la milésima parte de un Kilo; un miligramo es la milésima parte de un gramo; y un microgramo es la milésima parte de un miligramo.
Con base a lo anterior podemos darnos cuenta que realmente las necesidades vitamínicas son mínimas y fácilmente se cumplen con una dieta común y corriente. Si analizamos la concentración de vitaminas
que tienen algunas marcas comerciales comprobaremos que rebasan por mucho estas necesidades, por lo que unicamente forzamos al organismo en su metabolismo.
En resumen, podemos decir que las vitaminas son sustancias importantes para algunas funciones del organismo, pero que los requerimientos los satisfacemos con una dieta normal, siendo innecesario la administración
complementaria, salvo en casos específicos en donde se demuestre una deficiencia.
Desde hace ya algunos años todo mundo hemos sido bombardeados con información sobre la osteoporosis, a veces objetiva, a veces un tanto alejada de la realidad, a veces con un tono de amarillismo, y frecuentemente con gran sentido mercadológico.
El término osteoporosis significa simplemente que el hueso ha perdido consistencia, y en lugar de estar compacto y firme, ahora está poroso.
¿Sin embargo que tan real es toda la información que vemos y oímos por todos lados respecto a la osteoporosis?
Empecemos por analizar el proceso de desgaste natural de nuestros tejidos. Invariablemente todos los tejidos de nuestro cuerpo tienen una etapa formativa en el periodo fetal, de crecimiento una vez que
nacemos, de madurez, y después de decadencia o de degeneración como se le denomina.
Un recién nacido tiene una piel suave, tersa, turgente, elástica, que con el paso del tiempo va perdiendo estas propiedades, hasta que determinada edad empieza a ponerse marchita, arrugada, sin su elasticidad.
Con nuestros músculos sucede algo semejante, después de tenerlos con un gran tono y fuertes, capaces de realizar prácticamente cualquier trabajo físico, con el paso del tiempo, no sólo dejan de estar
así, sino que a veces son hasta incapaces de sostener nuestro cuerpo, pues se volvieron flojos, y pareciera que la fuerza se les escapó.
Nuestra vista, en condiciones naturales, después de tener “ojo de águila” en el apogeo de nuestra vida, más o menos a los cuarenta y tantos empezamos a alejar el brazo de nuestro cuerpo para lograr enfocar
bien (Presbicia).
Nuestra agudeza auditiva también la perdemos poco a poco después de los cincuenta.
Nuestro cabello pierde su color, y se vuelve blanco.
Nuestra memoria se va mermando también paulatinamente, así como nuestra capacidad de concentración, y hasta de entendimiento.
Como podemos ver, todos y cada uno de nuestros tejidos con el paso del tiempo sufren un deterioro o degeneración, paulatinamente. ¿A caso el tejido óseo es ajeno a este proceso? Pues no!, también el
hueso tiene su proceso degenerativo.
Evidentemente que este proceso degenerativo comprende un rango de aceptación y además es variable de individuo a individuo, y es por ello que habrá casos en donde sea apenas perceptible, y otros en donde
sea más pronunciado. Los que salen de este rango son los que verdaderamente tendrán un problema serio. Por ejemplo, alguien podrá perder su agudeza visual para ver de cerca, pero con unos lentes se ayuda a minimizar
el problema, pero podrá haber otros que queden ciegos. Unos perderán moderadamente su agudeza auditiva (los clásicos viejitos), pero otros será severa su pérdida. Unos seniles tendrán debilidad de memoria, y
otros caerán en las lagunas mentales.
Igual en la osteoporosis, todos tendrán cierto grado de degeneración, y en otros será tan grave que un soplido les provoca una fractura, éstos son los que verdaderamente tendrán problema. Afortunadamente
la gran mayoría no.
Como podemos ver la osteoporosis es un proceso degenerativo normal del organismo; al igual que lo sufren otros tejidos del cuerpo. Frecuentemente se achaca que es debido a falta de calcio, y es por eso
que tanto médicos como pacientes hacen un uso indiscriminado del calcio, siendo que en realidad el problema no está en la falta o disposición del calcio, sino en su aprovechamiento por el hueso. Implica entonces
que aunque la gente consuma kilos de calcio, esto no modificará en nada el proceso degenerativo. Aún en pacientes con una osteoporosis grave, la concentración de calcio en sangre no se modifica, ya que si disminuye
o sube en tan solo dos mg es suficiente para tener problemas cardiacos (normal entre 8.5 y 10.5 mg). Actualmente se ha encontrado que la osteoporosis severa está asociada a una pérdida de hidroxiapatita (complejos
de fosfato de calcio) y de la matriz proteica llamada coloide, lo que trae como consecuencia el debilitamiento del hueso. Esta es la teoría bioquímica evidentemente. Pero finalmente existe un problema en la
asimilación del calcio, la deficiencia de hidroxiapatita es solo consecuencia mas no causa..
Siendo así, fácilmente podemos comprobar que se ha exagerado este tipo de problemas, y se ha inyectado una alta dosis de temor a la gente acerca de su presentación. Se ha lucrado con el dolor humano.
Todo mundo le teme a la osteoporosis, porque abusivamente hemos sido bombardeados por los laboratorios, por los médicos, por la gente misma. Por todos lados quieren medir la densidad ósea, y hacer que consuman
kilos de calcio. Este enfoque obligaría a tener que preocuparnos en igual medida por el resto de los tejidos, que sufre el mismo proceso degenerativo.
La osteoporosis se presenta tanto en el sexo masculino como en el femenino, pero como naturalmente aparece más después de los cincuenta años, y predomina en mujeres, se le atribuye a una deficiencia
estrogénica resultado de la menopausia. Sin embargo, no todas las mujeres postmenopaúsicas tienen problemas severos de osteoporosis, y también hay mujeres que no son menopaúsicas que tienen osteoporosis, entonces
no se puede establecer una causa directa. A pesar de ello muchos médicos prescriben estrógenos para tratar la osteoporosis en este tipo de pacientes, sin que en realidad se tenga una mejoría, por el contrario
se expones más a los efectos adversos de dichas hormonas. Además se ha comprobado que los estrógenos por sí solos pueden producir osteoporosis dentro de sus efectos secundarios. Entonces como que no existe claridad
en estas hipótesis.
Un consumo exagerado de calcio, en lugar de favorecer la compactación del hueso, es más probable que desencadena la aparición de cálculos renales o biliares de calcio.
Es más, cuando el médico no sabe que tiene el paciente, o no sabe responder con fundamentos sus interrogantes sobre su salud-enfermedad, lo que prescribe es calcio o vitaminas. Al grado que se dice que
si un laboratorio está en quiebra que saque una buena vitamina o un buen componente cálcico y saldrá del bache.
La medicina no puede estar sujeta a propaganda mercadológica, la medicina no puede estar sujeta a la indolencia médica, la medicina no puede ser resultado de hipótesis sin fundamento.
Se decidió incluir este tema debido a que frecuentemente los pacientes preguntan qué hacer si se presenta algún cuadro agudo en personas tratadas con homeopatía.
Primero vamos a definir una enfermedad aguda desde el punto de vista homeopático. Hahnemann clasifica en general las enfermedades en:
a) Enfermedades agudas: los define como procesos morbosos de la fuerza vital cuya característica es que tienen tendencia a terminar en un período mas o menos rápido, pero siempre en un tiempo de duración
mediana.
b) Enfermedades crónicas: Son procesos que desvían paulatina y progresivamente al organismo vivo del estado de salud, y en donde la fuerza vital al inicio opone resistencia de una manera imperfecta e
ineficaz, siendo incapaz de destruirla y sucumbe ante ella, hasta terminar con el organismo. Es causada por la acción dinámica de un miasma crónico.
Hahnemann solo habla de dos tipos de enfermedades, la aguda cuya característica es que tiende a su autolimitación, en un periodo mediano de tiempo; implica que son cuadros con un ciclo de presentación,
y que la fuerza vital –en la gran mayoría de los casos- es capaz de autolimitar, los ejemplos más frecuentes son los resfriados, los cuadros diarreicos, las farigoamigdalitis, y también las enfermedades eruptivas.
En cambio, las enfermedades crónicas, una vez iniciada, su tendencia no es hacia la curación, sino hacia su permanencia, y ello debido a que la fuerza vital paulatina y progresivamente se va deteriorando
hasta sucumbir ante dicho proceso de orden crónico. Lo trascendente en este tipo de enfermedades es que su causa es un miasma crónico.
Si recordamos el concepto de miasma, pues podemos decir, que son procesos impregnados en la constitución del individuo tanto de carácter hereditario como adquiridos, y que por diversas circunstancias
irán aflorando en el transcurso de la vida del hombre; ello significa que son procesos con los que se nace, y que se van desarrollando.
Respecto a las enfermedades agudas. En primer lugar nos dice que siempre dependen de una causa excitante, es decir influencia perjudicial a las que se ha expuesto particularmente. Esto es debido a que
el hombre es vulnerable al estímulo externo, es una condición natural que hace propenso al individuo a padecer por circunstancias externas.
Pueden ser de naturaleza individual o colectiva.
Los excesos en la alimentación o su deficiencia, impresiones físicas intensas, enfriamientos, acaloramientos disipación, emociones mentales, y otras, son ejemplos de dichas causas excitantes, pero que
en realidad son agudizaciones miasmáticas pasajeras, y que espontáneamente el individuo vuelve a su estado latente. Son consideradas como meras indisposiciones.
Las de naturaleza colectiva, pueden ser de tres tipos:
- Esporádicas: Afectan solo a algunos individuos de algún determinado lugar, determinado por su susceptibilidad. Ejemplo de éstos puede ser la farigoamigdalitis.
- Epidémicas: Una masa de individuos sufre la enfermedad, y se caracteriza por ser de naturaleza febril, contagiosa, afecta un mayor número de individuos y origina una imagen específica, es decir los
individuos afectados tienen síntomas semejantes. Su evolución puede seguir el restablecimiento o la muerte del individuo. Ejemplos de éstos puede ser el cólera.
- Miasmas agudos: Tienen alguna semejanza con los procesos epidémicos, pero se caracterizan por tender a regresar de tiempo en tiempo con las mismas características, y por ello se les identifica con
un nombre específico. Producen inmunidad. Es una condición de especie, ya que cumplen una función en la naturaleza. Son procesos que favorecen la salud del hombre por ser exonerativas. Ejemplos de éstas son
el sarampión, la varicela, la rubéola.
¿Qué hacer ante estas enfermedades agudas?
Generalmente los pacientes ante cualquier afección aguda busca inmediatamente un medicamento que le ayude a quitar inmediatamente las molestias, y esto es debido a que a nadie le gusta sufrir, y bueno
pareciera que se tiene razón, porque a quién le gusta tener los malestares de un catarro, o de una diarrea, o de una varicela, pues a nadie, sin embargo el hecho de tener una enfermedad aguda, o algún síntoma
aislado (como dolor de cabeza por ejemplo) no implica que siempre se va a hacer uso de medicamento. Generalmente la gran mayoría de las indisposiciones (resfriados, cuadros diarreicos por comer alimentos en
mal estado) puede resolverse por sí solos, gracias a la naturaleza curatriz del organismo. Esto significa que con el médico y a pesar del médico, esto tendrá que resolverse en un alto porcentaje de los casos.
Solo si el cuadro empeora o se complica será necesario intervenir. Precisamente un tratamiento homeopático ortodoxo hace que el organismo se vuelva más resistente, y ante estos cuadros reaccione más favorablemente
y controle en un menor tiempo la afección. Los pacientes se dan cuenta claramente que sus catarros se resuelven en dos o tres días.
Un cuadro diarreico agudo generalmente es debido a que se consumió algo en mal estado, entonces el organismo como mecanismo de defensa hace que se incremente la actividad del intestino para tratar de
eliminar lo que está mal y provoca la aparición de la diarrea, y si esto no es suficiente, puede también activar el vómito, y si lo que se consumió fue muy agresivo pues puede aparecer fiebre para neutralizar
al agente que haya estado presente en los alimentos. También en estos casos el organismo debe controlar el cuadro, y al menos de que el paciente empeore o se note una complicación de la diarrea se debe de intervenir,
por ejemplo que en lugar de disminuir el número de evacuaciones, aumenten, o que hay datos de un ataque importante al estado general (postración), o la aparición de datos de deshidratación, etc. Considerando
las características del paciente, y el estado en general, el médico podrá prescribir cualquier medicamento homeopático.
Si bien es cierto que las faringoamigdalitis purulentas también se pueden resolver por acción de la naturaleza curatriz, éstas tienden a ser más renuentes y más frecuentemente el médico tendrá que intervenir.
Aquí lo importante es hacer notar que a pesar de que se demuestre la presencia de cualquier germen patógeno, lo recomendable evidentemente es que se trate el caso con homeopatía, y no con antibióticos.
En el caso de las enfermedades eruptivas, como el sarampión, la varicela o la rubéola, ya dijimos que estas enfermedades tienen como función exonerar la carga morbosa del organismo, y su curso natural
generalmente debe transcurrir sin problemas. Las complicaciones no dependen de la enfermedad, sino de la forma de reaccionar del organismo ante la enfermedad. Un paciente tratado habitualmente con homeopatía
ortodoxa difícilmente tendrá una complicación por este tipo de enfermedades. La etapa más crítica en estas enfermedades es antes de que brote la erupción, pues como está el virus en plena réplica viral e invasión,
el organismo reacciona con fiebre generalmente alta, con ataque al estado general. Una vez que aparece la erupción, la fiebre cede por sí sola. En general no se requiere de un medicamento para estos casos, a
menos que el proceso eruptivo sea muy invasivo. La varicela por ejemplo, a pesar de ser de las enfermedades eruptivas más benignas, puede provocar la aparición de vesículas en el interior de la boca, o en la
conjuntiva de los ojos y esto ser verdaderamente molesto, es cuando se debe ayudar con un medicamento a que se resuelve en menor tiempo el problema.
En general, las enfermedades agudas de tipo epidémico como el cólera siempre requerirán de la evaluación por parte del médico para seleccionar el tratamiento homeopático más apropiado. En estos casos
y debido al grado de patogenecidad de la enfermedad, la reacción curatriz natural del organismo es insuficiente y se ve rebasada por la virulencia dinámica del microorganismo.
Los pacientes pueden sufrir algunos otros trastornos agudos que aparentemente pudieran requerir la prescripción de un medicamento, por ejemplo los famosos dolores de cabeza, la acidez gástrica, etc.
Se debe evaluar cuál es el motivo de ello, es decir, sin una persona no durmió bien pues es de esperarse que tenga dolor de cabeza, o si se le pasó el horario de comida, etc. En estos casos solo el reposo o
comiendo serán suficientes para resolver el problema.
De igual manera si tiene una acidez gástrica por comer una comida muy condimentada (que es precisamente una indisposición), bueno el síntoma cederá una vez digerido dicho platillo.
Sin embargo cuando estos síntomas se vuelven muy repetitivos, entonces pasan a formar parte de la enfermedad crónica, y entonces invariablemente es necesario recibir un tratamiento profundo.
La cirugía es un medio del que se vale la medicina para resolver algunos problemas de salud que sufren los pacientes. La herramientas y medios de los que se vale ha tenido un cambio radical, si antes para operar se le daba al paciente a tomar unos buenos
sorbos de vino como medio “anestesiante” ahora se cuenta con un procedimiento anestésico más seguro. Si antes un buen cuchillo de casa podría servir de bisturí, ahora tenemos el rayo lasser. Si antes se confiaba
en la buena vista del cirujano, ahora contamos con microscopios para ampliar y detallar el campo quirúrgico. Si antes se tasajeaba un abdomen para retirar un cálculo, ahora está a nuestro alcance la endoscopia…..y
así sucesivamente. Es innegable que la tecnología facilita la habilidad del cirujano.
Donde está la controversia? ….bueno cuando se hace mal uso de la cirugía, o cuando se da una mala justificación de ella.
Frecuentemente nos encontramos que a los niños que tienen cuadros repetitivos de vías respiratorias se les somete a una amigdalectomía porque se considera que ahí es en donde está el problema. Nada más
falso que esto. Las amígdalas son tejido de defensa del organismo, y si seguido están siendo afectadas es porque están haciendo su trabajo de defensa. El problema no es que estén trabajando mucho por así decirlo,
sino que lo que tenemos que indagar es porqué se están afectando tan frecuente, qué es lo que está pasando, es lo que se debe preguntar el médico. Es un tejido destinado a la defensa, y lo que hacemos es quitárselo
al cuerpo porque pensamos que no sirve. Es una manera simplista de ver las cosas. Y todavía más, cuando pensamos que quitando las anginas se evita la fiebre reumática. Esta idea deriva porque se considera que
es ahí donde se aloja el streptococo beta hemolítico del grupo A que es el germen potencialmente causante de la fiebre reumática. A caso retirando las anginas, el streptococo se va, pues no!! Seguirá habiendo
streptococo como antes!!
Otro problema frecuente es en el ámbito de la ginecología. Pobre de aquella mujer a la que se le encuentre que tiene el virus del papiloma porque ya le están proponiendo primero criocirugía, luego una
conización, y finalmente una histerectomía porque puede adquirirse cáncer, y todavía con el argumento adicional que al cabo ya no sirve para nada. Analicemos esto. El médico le argumenta a la paciente que el
virus se adquiere por contacto sexual, y a ella le propone todo lo que dijimos anteriormente, pero al esposo no le hace nada…..solo unas pastillitas generalmente derivados de tinidazol y es todo. A ella se le
dice que le va dar cáncer y por eso hay que quemar la úlcera, y como esta regresa las mismas veces que la queman, bueno terminan proponiendo la histerectomía. A caso retirando la matriz ya no se adquiere el
virus? O es que a partir de ese momento se acaban las relaciones sexuales y se elimina el riesgo? O a caso el virus solo se transmite si está presente la matriz? O a caso quitando la matriz de la mujer, se elimina
el virus del pene del hombre? Porque al hombre no se le propone una cirugía por el estilo? El virus es o no oncogénico.
Sabía usted que el 70-80 por ciento de la población tiene este virus? Si el virus fuera oncogénico todos desarrollarían el cáncer y no solamente algunos. Entonces no existe relación directa y real. El
hecho de que en aquellas mujeres que hayan desarrollado cáncer Cérvico uterino se comprobó la presencia del virus no dice nada, puesto que un gran porcentaje de la población lo porta. El cáncer es un proceso
mucho más profundo que la presencia de un virus.
Esto no significa que se niegue la incidencia de cáncer cervicouterino en la mujer, ni tampoco que haya microbios con este potencial, pero tenemos que ser congruentes con lo que se dice y se hace, y
evitar usar procedimientos quirúrgicos cuando son innecesarios, y solo producto de la indolencia médica, o pero aún de un interés económico de por medio. Esta postura se asume porque se insiste en el origen
material de la enfermedad, y no como un desorden dinámico de la totalidad del organismo.
Esto tampoco significa que la cirugía no sea de utilidad en otros casos tumorales. Si el desequilibrio del organismo ha llegado a tal grado de provocar una gran tumoración que genera un problema mecánico,
obstructivo, etc., pues se debe resolver quirúrgicamente. Un ejemplo sería la presencia de un gran quiste de ovario (que llegan a crecer del tamaño de un embarazo de nueve meses); pues es evidente que este caso
requiere de un tratamiento quirúrgico. O también ante la presencia de un gran cálculo en la vía biliar o renal, en donde el problema crónico de los componentes biliares o urinarios se materializan en la formación
de una piedra, y dado su tamaño solo puede extraerse por la vía quirúrgica….aunque esto no resuelve el problema de origen verdad?.....porque si todo se queda ahí, pues la bilis o la orina sigue teniendo alterados
sus mismos componentes. Ahí es en donde se debe trabajar, para ir al verdadero origen de la enfermedad.
En el caso de los ulcerosos, retirar un estómago por una gastritis severa o por una úlcera, es algo verdaderamente aberrante. No sería mejor indagar porqué de la úlcera? No sería mejor reconocer que
los tratamientos enfocados a bloquear la acidez estomacal no funcionan? Lo fácil es pensar (si a eso se le llama pensar) retirar el estómago. Evidentemente ante un boquete que está provocando una gran hemorragia
que pone en riesgo la vida del individuo, no queda otra alternativa…..pero se pudo evitar llegar a esto. Ese es el punto.
Los fibromas de la glándula mamaria son otro caso. Se ha dado cuenta que después de quitar un fibroma, al poco tiempo aparece otro?, y si lo vuelve a quitar vuelva a aparecer en otro lugar!! La solución
no es el retiro del fibroma, sino el tratar el origen hiperfuncionante de ese organismo.
Los quistes de ovario son muy socorridos. Cada mes, durante la ovulación solo un folículo debe madurar, y los que no lograr hacerlo tienden a encapsularse y así quedan de ese milimétrico tamaño…..bueno
hay médicos que quitan ovarios por esta razón. Si lo que caracteriza a ese organismo es la hiperfunción, alguno de estos folículos tenderá a crecer y entonces dará lugar a un gran quiste, que como dijimos anteriormente,
dado su tamaño puede requerir de una cirugía, pero en los habituales, de tamaño milimétrico no es necesario. En ocasiones esto coincide con la presencia de dolores intensos durante la menstruación y con mayor
razón “fundamentan” una cirugía. Deberá tenerse cuidado en estos casos.
Bien, así como estos ejemplos podemos incluir más, pero son suficientes para visualizar la esencia de nuestro mensaje.
La cirugía es de gran utilidad para la medicina, pero siempre y cuando sea usada correctamente.
Un elemento importante en la vida, en el ser del individuo, es la afectividad. Cuando ésta se ve alterada o afectada, el individuo puede reaccionar de diversas formas: Puede enojarse, puede decepcionarse, puede indignarse, puede sentirse humillado, entristecerse,
etc. El origen de esto parte de diversas causas, como una relación de pareja alterada, problemas en el trabajo o con familiares, situaciones conflictivas con los que nos rodean, ya sea amistades, ya sean conocidos
o hasta vecinos.
Como estos síntomas caen en el orden de lo mental, frecuentemente el paciente puede recurrir al uso de medicamentos alopáticos del tipo tranquilizantes, ansiolíticos (para la ansiedad), antidepresivos,
moduladores de la conducta, o inclusive antisicóticos, sin encontrar una curación a su problema, por el contrario, se complica el problema porque se agregan los efectos secundarios del medicamento administrado.
Y más aún cuando estos desórdenes emocionales empiezan a provocar diversos trastornos físicos, tales como gastritis, colitis, insomnio, migrañas, hipertensión arterial, parálisis faciales, entre otros, el problema
se complica más, pues el paciente consulta por sus afecciones físicas, y tradicionalmente el médico se aboca a tratar dichos problemas, dejando a un lado aquello que originó el problema.
Pues bien, en la homeopatía, el médico está obligado ante cualquier problema de tipo físico encontrar la correlación con el estado emocional del paciente, de tal manera de establecer la liga entre algún
trastorno de orden emocional y el problema físico, para lo cual se requiere hacer una historia clínica que comprenda el análisis de lo sucedido en las diversas etapas de la vida del individuo, desde su niñez,
pasando por la adolescencia y juventud, hasta llegar a la edad madura, o senil, y evidentemente su estado actual.
Ciertamente que esto no es fácil ni para el paciente, ni para el médico, pero en la medida en que el paciente acude a consulta con el anhelo de su curación en esa medida podrá tener la confianza de abordar
lo que le ha acontecido en la vida, pero también el médico deberá tener pericia clínica y aguda percepción para intuir la presencia de algún problema y abordarlo con profunda madurez y gran ética profesional.
Solo así se estará en condiciones de establecer un diagnóstico integral, y por lo tanto de atacar el problema desde su origen, y no solo las consecuencias.
Habituémonos a comentar qué sentimos, cómo somos, cómo actuamos, cómo reaccionamos, cómo vivimos, cómo amamos, cómo nos relacionamos, cómo nos aman, en una palabra…..hablemos de uno mismo.
Muy frecuentemente el paciente no da cuenta de que tan importante es su estado espiritual en su proceso de salud y enfermedad. Esto es debido en primer lugar en la medicina tradicional no da crédito a la esfera espiritual del individuo como parte importante
de su constitución, de su ser…
El ser humano está constituido por cuerpo, alma o psiqué, y espíritu. El cuerpo es el conjunto de órganos y sistemas de la persona; el alma es lo que anima, lo que le da vida a dicho cuerpo, y que se
manifiesta en las funciones y sensaciones del cuerpo, y en sus funciones superiores como la razón, la voluntad y la afectividad. El espíritu es el toque divino a nuestra existencia, es el aliento de vida procedente
del creador y que nos liga a El mismo.
Jerárquicamente, el cuerpo obedece al alma, el alma al Espíritu, y nuestro Espíritu al Espíritu de Dios.
Entonces que es la espiritualidad de hombre? La espiritualidad se define como la acción dinámica que ejerce el Espíritu Santo en la vida de la persona; es decir, cómo permite nuestro ser que los principios
y preceptos de Dios actúen en mi pensamiento, en mi actuar, en mi actitud, en lo que dejo de hacer, en lo que digo, en una palabra en toda mi vida..
En materia de salud, debo pensar como asumo los conceptos de salud, enfermedad, muerte, vida, etc., en relación a la doctrina de Dios. Cómo mi conflicto de vida, que puede ser con mi pareja, con familiares,
en el trabajo, o conmigo mismo lo estoy manejando, y dando solución bajo la psicología de Dios, y no bajo la psicología del hombre mismo. Qué grado de Fe y confianza pongo en Dios, y no en el hombre, ni siquiera
en mi médico. Implica pues una vivencia plena, absoluta, profunda entre lo que creo (la Fe) y entre lo que vivo. Es la esencia del franciscanismo, ir del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio, es decir,
que mi fe y confianza en Dios no sea solo de palabra, y quede en un marco teórico, sino que lo viva, que lo ponga en práctica en todos los ámbitos de mi vida….
El maestro Proceso Sánchez Ortega en su libro de Apuntes sobre Clínica Integral Hahnemaniana, no dice que el sentido de la curación debe ser “del Espíritu al alma,y del alma a la persona”…y esta declaración
está justamente en estrecha relación y en justa respuesta a la jerarquía constitucional de la persona. Si mi Espíritu está acorde, y responde al Espíritu de Dios, manifestado en sus preceptos y mandamientos,
indudablemente que mi alma, manifestada en su parte más sublime, que es mi razón, voluntad y afectividad, tenderá más plenamente a la paz y el equilibrio, a tener una fe reta, una esperanza cierta, una voluntad
perfecta, un juicio prudente, y las funciones de mi cuerpo no serán ajenos a esta plenitud, no sin olvida que tenemos una herencia morbosa por naturaleza.
Carl Gustav Jung, medico, psicólogo y psiquiatra, en su libro de Psicologia y religión, no duda en afirmar que la mejor psicoterapia para el pacientes es su experiencia religiosa, es decir, su relación
con Dios…
En su último libro que escribió –El Libro Rojo-, y que sería de alguna manera la conclusión de su vida profesional, concluye :”El principal interés de mi trabajo no reside en el tratamiento de la neurosis,
sino en el acercamiento a lo numinoso. Es, no obstante así: el ingreso en lo numinoso es la verdadera terapia, y en la medida que uno llega a la experiencia numinosa, uno se libra del temo a la enfermedad”…
es realmente increíble, que uno de los mas grandes psicoanalistas concluya de esta manera su obra profesional. Recordar que lo numinoso, es un término que usa la ciencia y la psicología para referirse a lo divino.
No es pues una postura nuestra, sino lo que grandes pensadores de todos los tiempos han estudiado y concluido respecto a la constitución tripartita del hombre, y por otro lado la trascendencia de su
espiritualidad en su bienestar, en el más amplio sentido de la palabra.
Corresponde al paciente, profundizar y meditar su espiritualidad; corresponde al médico no olvidar de la jerarquía que ocupa en el proceso salud-enfermedad y fomentar en el paciente su encuentro.