“La medicina no está al alcance de los sentidos, sino del entendimiento” - Samuel Hahnemann.

Algunas personas catalogan (sin fundamento) a la homeopatía como un procedimiento terapéutico empírico, lo cual dista mucho de la realidad.

La ciencia es el conjunto de conocimientos encaminados a encontrar la verdad, y esta verdad debe ser repetible cuantas veces sea necesario, obteniendo siempre el mismo resultado.

La verdad, no puede ser temporal; la verdad es única y eterna.

En la medicina tradicional los medicamentos experimentados por un tiempo son la panacea y resulta que después de otro tiempo son retirados porque se descubre que son más perjudiciales que el supuesto beneficio. Y en aras de la “ciencia” se desecha, algo que aparentemente era la octava maravilla para determinado padecimiento. Entonces un conocimiento que se desecha tan fácilmente no puede ser considerado como algo científico.

Pudo haber sido sometido a un método científico, pero si finalmente el resultado es incierto, dicho conocimiento debe ser desechado.

La experimentación en la homeopatía es diferente. Aplicando el método científico, la acción de los medicamentos sobre las personas sanas (experimentación pura) siempre será el mismo; sus efectos siempre serán los mismos, las veces que se repita. Cuando un fenómeno se repite “n” veces y siempre se obtiene el mismo resultado, se obtiene un conocimiento que no cambia, que es eterno, y que se convierte en ley.

Por ejemplo, cada vez que soltemos una piedra de cualquier altura, invariablemente se precipitará y caerá a nivel del piso. Este fenómeno lo podemos repetir en cualquier parte de la tierra y siempre ocurrirá lo mismo. Siempre ha sido así, y siempre será así; este fenómeno es la Ley de la Gravedad.

Así pues, al experimentar los medicamentos homeopáticos siempre obtendremos los mismos resultados, en cualquier parte del mundo en donde se experimente, siempre ha sido así y siempre será así. Es por ello que los medicamentos no cambian desde que Hahnemann los experimentó, y no cambian porque son una verdad. Se podrán agregar nuevos medicamentos, pero estos a su vez tendrán la misma connotación.

La Homeopatía sustenta su cientificidad en la experimentación pura, mediante la cual se observa y comprueba las alteraciones que es capaz de producir una sustancia en el organismo humano, obteniéndose siempre el mismo resultado independientemente del tiempo y lugar.

El resultado de esta experimentación es una verdad, porque no cambia.

Por otra parte, la Homeopatía es un arte porque requiere de habilidad, destreza y pericia para aplicar la técnica médica homeopática. La aplicación de los principios que sustentan la Doctrina Médica Homeopática requiere vocación, y ésta implica la virtud del estigma médico innato, desarrollado y perfeccionado por una buena escuela.

Siendo así, la homeopatía dista de ser empírica, por el contrario evidencia su arte científico.