“La medicina no está al alcance de los sentidos, sino del entendimiento” - Samuel Hahnemann.

Dosis Mínima

Este principio homeopático es quizá uno de los más controvertidos entre el gremio médico tradicional, ya que parece inconcebible para ellos, que se obtenga una respuesta terapéutica sin la presencia material de la droga

Durante su basta experiencia Hahnemann siempre criticó severamente, y estuvo por lo tanto en contra de usar drogas a dosis tal, que representaba alto riesgo para la salud del individuo. En los mismos medicamentos homeopáticos, notó que las dosis ponderables, aunque llevaban a la curación, producían como efecto primero una intensificación desagradable de los síntomas del padecimiento, por lo que siempre buscó la forma de reducir la toxicidad de las drogas, y fue así que logró establecer el Principio de la Dosis Mínima, y de desarrollar dinamizaciones cada vez mas altas.

Se entiende por DOSIS MINIMA a la mínima cantidad impronta energética capaz de despertar la reacción curativa en el enfermo.

Mencionamos anteriormente que esto ha provocado gran controversia en el mundo médico, y es precisamente debido a la característica imponderable de los medicamentos homeopáticos, aunque esta particularidad ciertamente la encontramos en los medicamentos mayores a la 30c. Esta energización de las sustancias se logra mediante un proceso farmacéutico desarrollado por Hahnemann y comprobado científicamente: fricción de la materia dispersa, rítmicamente difundida en un solvente o diluyente adecuado; esta fricción necesariamente producirá energía, la cual se impregnará al medio diluyente, puesto que ha sido adecuado para la dispersión de las moléculas iniciales. De esta manera la droga de desdobla, se manifiesta y se difunde en todas sus cualidades. La efectividad de estas dosis imponderables se comprueba a través de las curaciones que se realizan en los pacientes, y antes a través de la experimentación pura. Hahnemann fue un excelente físico-químico; la química era su pasión.

Diversos investigadores se han abocado al estudio de las dosis homeopáticas, y existen tres Leyes que apoyan este principio:

a) Ley matemática de Maupertius.
b) Ley Bioquimica de Arndt-Schultz, y la
c) Ley de Acción mutua.


La Ley de Maupertius dice que la cantidad de acción necesaria para obtener cualquier cambio en la naturaleza es la menor posible.

La Ley de Arndt-Schultz dice que las dosis pequeñas estimulan, las medias paralizan y las grandes destruyen la actividad celular.

La Ley de Acción Mutua dice que la acción y la reacción son proporcionales y opuestas. Heinz dijo que la actividad del remedio homeopático se debe a una acción dinámica y como tal, es independiente de leyes ponderables y de aquellas materias reguladoras, sin embargo en ese afán de conocer lo desconocido, se ha buscado comprobar la acción homeopática mediante el uso de diferentes métodos tales como la Resonancia magnética nuclear, la espectroflurometría y la densimetría.

Con esto nos damos cuenta de la insistencia en la indagación física, olvidando lo imponderable de las cualidades drogales de los medicamentos homeopáticos, es por eso, que el médico homeópata tendrá siempre que buscar la constatación de la acción farmacológica en la clínica y mientras ésta responda debe estar absolutamente satisfecho sin caer en lo absurdo de las indagaciones metafísicas, o de las hipótesis físico-químicas.
En la práctica disponemos de un gran arsenal terapéutico en el que se encuentra desde la materia medicamentosa en bruto, cuantitativa, original, hasta en grados increíbles de potenciación imponderables, y emplearemos las dinamizaciones más elevadas cuando queramos impresionar o estimular los órganos más profundos o las funciones más generales y trascendentes del organismo, y que por el contrario cuanto menor sea nuestra intención con respecto de esta profundización menor debe ser el grado de dinamización.