“La medicina no está al alcance de los sentidos, sino del entendimiento” - Samuel Hahnemann.

Natura Morborum Medicatrix

1. Considerar su supremacía en toda acción curativa, en toda reacción del enfermo; aceptar que la enfermedad es en su mayor parte una serie de fenómenos defensivos y un cúmulo de tendencias del organismo al reequilibrio. Tradicionalmente, se considera a la enfermedad como el monstruo maléfico que sume al hombre en un sufrimiento mientras dure su existencia. Y pareciera que esto tiene razón, pues, ¿ a quién le gusta sufrir, o estar enfermo? Y esto tiene explicación, al ser humano no le gusta sufrir, porque ello está ligado a la muerte, y si a algo le teme el hombre es precisamente a la muerte, y por eso se afana en atacar la enfermedad y verla como su enemigo. En la homeopatía no se concibe así la enfermedad…..la enfermedad son gritos de auxilio, son reacciones del organismo que tienen como finalidad restablecer el equilibrio, solo que no siempre logra conseguirlo, y es cuando se requiere de una apropiada intervención.
2. Pretender una terapia en concordancia con esa tendencia reconocida de la naturaleza.
El tratamiento solo debe ser establecido en razón del respeto de la naturaleza del organismo y después de la enfermedad misma.
3. A la naturaleza no se le vence sino obedeciéndola, ella es el mejor médico de las enfermedades.
Para entender el proceso de la enfermedad, primero debemos comprender el proceso de salud, y ello implica reconocer su estado natural. Obrando acorde a la naturaleza, estaremos en condiciones de imitarla sabiamente.
4. Ante una transgresión pequeña o grande en contra del organismo esta naturaleza tenderá en volverlo al equilibrio.
En un principio, cuando agredimos la naturaleza del organismo, por reacción innata activa mecanismos para restablecer la salud, sin embargo si persistimos en la agresión, esa capacidad curativa se vuelve insuficiente y el organismo sucumbe. Ejemplo claro lo vemos en el alcoholismo. Ingerir bebidas alcohólicas es actuar en contra de la naturaleza del organismo, y ante esta agresión el organismo va restableciendo funciones, sin embargo cuando el abuso se vuelve crónico, aparecen los graves daños irreversibles como la cirrosis, las várices esofágicas, las gastritis hemorrágicas, el daño a sistema nervioso, etc., hasta terminar con la vida del paciente.
1. Ser un eficiente y digno ayudante de la naturaleza.
2. Reconocer a la naturaleza como maestra de toda ciencia y arte, con una fuerza medicatriz recuperable.
3. Utilizar esa fuerza curativa y liberarla de todos los obstáculos que pueden impedir su benéfica acción.
4. Comprender su finalidad en el sentido ontológico y teleológicos (trascendencia de lo que uno está haciendo).
5. Imitar a esa naturaleza en sus acciones y reacciones.
6. Reconocer que la enfermedad es al mismo tiempo un proceso destructivo y de defensa, acompañado de una serie de reacciones con tendencia al reequilibrio (Proceso de exoneración, de equilibrio).
7. Reconocer que los síntomas son fenómenos defensivos con una finalidad reparadora.
8. Aplicar una terapéutica acorde con esa fuerza curativa de la naturaleza, con una fuerza semejante y que solo puede reconocerse en la Homeopatía.
Reconocer los mecanismos de defensa del organismo y cómo son agredidos. Todos los órganos y sistemas del organismo tienen perfectamente definido cómo deben funcionar, y cuentan con diversos mecanismos para su propia protección. A esta condición natural del ser humano es a lo que denominamos “La naturaleza del organismo”, y cuando decimos que se arremete o no se respeta dicha naturaleza, nos referimos al hecho de alterar el funcionamiento del mismo.
Para facilitar este concepto analizaremos algunos ejemplos prácticos.
Todo mundo sabe que la fiebre es un mecanismo de defensa natural del organismo, es decir, se produce como una respuesta a algo que está alterando su equilibrio; frecuentemente aparece cuando el organismo es invadido por algún microorganismo (bacteria, virus, etc.). Muchas personas consideran a la fiebre como la enfermedad, pero la realidad es que no, es solo una respuesta del organismo para tratar de neutralizar algo que le está afectando. Lo primero que el familiar del paciente desea es que se de algo para bajar la fiebre, y esto qué significa si lo hacemos así?....pues que estamos neutralizando una defensa del organismo y por lo tanto lo perjudicamos en lugar de ayudarlo, y perdemos la oportunidad de conocer cómo el organismo se está defendiendo, y cómo está el comportamiento de la enfermedad. Dar medicamentos que bajen la fiebre implica que no estamos respetando la naturaleza del organismo, y por el contrario lo estamos perjudicando. El tratamiento por lo tanto debe estar orientado a tratar la causa que dio origen a la fiebre y no la fiebre misma.
Otro ejemplo muy socorrido es la TOS; frecuentemente se considera que la tos es la enfermedad, pero también la tos es realmente un mecanismo de defensa del organismo, que se desencadena para tratar de expulsar a aquello que está afectando la vía respiratoria. También en estos casos se busca quitar la tos con los diferentes jarabes que existen en el mercado. En esta condición, nos damos cuenta también que no estamos respetando la naturaleza del organismo, por el contrario, la complicamos porque entorpecemos un mecanismo de defensa más que tiene el organismo. Lo importante es identificar qué es lo que está desencadenando la tos, y ayudar al organismo a eliminar dicho problema.
En la menopausia ocurre algo semejante. Por naturaleza, el organismo de la mujer disminuye la producción de estrógenos aproximadamente a los 45 años de edad, lo cual condiciona la suspensión del ciclo menstrual. Por ser algo fisiológico, no debería producir ningún trastorno, sin embargo hay pacientes que pueden experimentar algunos trastornos tales como bochornos, trastornos del sueño, irritabilidad, trastornos depresivos, entre otros. Pareciera lógico pensar que como estos trastornos son debido a la deficiencia de estrógenos, pues la solución sería dar estrógenos, y bueno es lo que tradicionalmente se hace. Sin embargo, ¿qué se está haciendo con este procedimiento? Pues se está transgrediendo la naturaleza del organismo; se está haciendo algo contrario a lo que dicta el organismo; se está dando estrógenos cuando ya no debe haber en grandes cantidades, y ¿qué es lo que esto provoca?...bueno, el someter al organismo a un estímulo que ya no requiere, lo que va a provocar son diferentes trastornos en aquellos órganos que son sensibles a la acción de dichos estrógenos, tales como crecimiento de la capa interna de la matriz (lo que se llama hipertrofia endometrial), y que posteriormente provocará sangrados abundantes, requiriendo la realización de legrado uterino o hasta la histerectomía; también puede provocarse aparición de diversos tumores de los denominados benignos, tales como quistes de ovario, miomatosis uterina, fibromas mamarios, y hasta osteoporosis entre otros.
Otra forma de transgredir -y muy frecuentemente- la naturaleza del organismo es mediante los hábitos de las personas. Por ejemplo, el organismo está diseñado para inhalar oxígeno, y ¿qué es lo que se hace cuando se fuma?. Pues estamos inhalando exactamente lo contrario: Bióxido de carbono, y así esperamos que no sufra de alteraciones el organismo? El organismo no es un destilería, y en eso lo convertimos cuando se ingieren diversas bebidas alcohólicas, y luego nos preguntamos el porqué de las gastritis, de las úlceras gástricas, de la cirrosis hepáticas, de las hemorragias, de las neuritis, etc. El abuso en los placeres también es transgredir la naturaleza del organismo. Recordemos que todo exceso provoca un mal. Tratar indebidamente las enfermedades, es transgredir la naturaleza curatriz del organismo.
Y si todavía tenemos duda de la capacidad curativa del organismo, veamos lo siguiente. ¿Se ha dado cuenta usted que en la mayoría de las enfermedades agudas el organismo puede curarse por sí solo? Realmente, en pocas enfermedades agudas debe intervenir el médico. No le ha pasado que un catarro común y corriente se resuelve “solo”? ¿No le ha pasado que un cuadro diarreico se cura “solo”? Decir “solo” no implica que es por arte de magia, es precisamente la fuerza curatriz del organismo la que se pone en marcha para restablecer el equilibrio perdido.