"La individualidad del medicamento no es más que la contestación racional y justa a la Individualidad del enfermo", expresa el Dr. David Flores Toledo.
Es evidente, que si decimos que el hombre sano es exclusivo y único en cuerpo y mente, y que el enfermo acentúa esta individualidad, debe aceptarse imperiosamente también que el tratamiento debe ser individual. Sería contradictorio
dar la misma droga a todos los pacientes con determinado padecimiento, tal como ocurre en la medicina tradicional.
Para hacer uso correcto de la individualidad medicamentosa es requisito indispensable el conocimiento absoluto de las substancias utilizadas en la terapéutica homeopática, es decir, pleno dominio de la patogenesia, que
es la consignación de todos los fenómenos de anormalidad producidos en una persona relativamente sana por la administración de una droga.
El dominio de los síntomas característicos, sin olvidar la acción particular y sus modalidades, nos guiará en la buena selección del medicamento apropiado para el enfermo, y nos asegurará la curación. Ninguna otra escuela
le da tanta importancia a la individualidad medicamentosa, como la otorgada por la homeopatía, y la diferencia radica en la forma en que se estudia, investiga, experimenta y se usan las diferentes drogas. Recordemos que la medicina
tradicional enfoca su estudio en razón de un agente externo (microorganismo, factor, etc.), por lo tanto investiga sobre la acción de la droga sobre dicho agente, y lo experimenta en los animales, reconociendo su acción, efectos
y reacciones en ellos, y luego lo traspola a los humanos, generalizando su acción de acuerdo a la enfermedad que produce dicho agente, evidentemente quedándose en el olvido la individualidad. Este procedimiento es el que presume
ser absolutamente científico, y por lo tanto poseedor de la verdad.
La misma escuela tradicional reconoce que el uso indiscriminado de diferentes drogas (por ejemplo los antibióticos) o procedimientos ( por ejemplo la amigdalectomía) aplicada de manera general e irracional ha provocado
estragos en la salud de los que desafortunadamente fueron sometidos a tales tratamientos. En un estudio estadístico del Johns Hopkins Hospital se demostró hace más de treinta años que la amigdalotomía ni cura, ni previene, ni mejora
la fiebre reumática, y se siguen extirpando de manera general las amígdalas. Esto solo es un ejemplo. ¿Porqué "aferrarse" irracionalmente a algo que ellos mismos reconocen que está ocurriendo? En la actualidad vemos como en la
alopatía se trata a los enfermos de igual forma, se trata igual a todos lo diabéticos, a todos los hipertensos, a todos los artríticos, a todos los ulcerosos, a todos los alérgicos, a todos los asmáticos, etc. Podrá una persona
tener elevada su presión arterial y otra también, pero cada una tiene su propio origen, y cada una vivirá y sufrirá su propia enfermedad.
La individualidad medicamentosa no solo se refiere a la selección única del remedio de acuerdo a los síntomas propios de la enfermedad, también incluye la elección de la potencia adecuada, lo que constituye una especificidad
farmacodinámica para obrar según el requerimiento personal del enfermo, lo que constituye el objeto de la indicación.
En la actualidad nos enfrentamos a un sin número de enfermedades inmunológicas, las cuales se les encuentra
mucha relación con la manipulación irracional que se hace del organismo con las vacunas, las cuales se aplica de manera generalizada y sin respetar la individualidad de las personas.
Comentario.
Para confirmar la importancia de la individualidad medicamentosa en la Doctrina Homeopática, basta con recordar la frase del Dr.Flores Toledo: " A LA INDIVIDUALIDAD DEL ENFERMO DEBE CORRESPONDER Y RESPONDER LA INDIVIDUALIDAD
DEL MEDICAMENTO ". No puede, no debe existir individualidad morbosa, sin individualidad medicamentosa. Son dos principios que por naturaleza van unidos, y que contribuyen enormemente al éxito en la curación de nuestros enfermos,
-recalcando-, sin olvidarnos de los demás principios. Y como ya expusimos anteriormente, ninguna otra escuela le da tanta importancia como la Homeopatía, lo que la hace única en su aplicación, y nos permite evitar cometer los errores
y consecuencias en los que cae la medicina tradicional, al hacer un uso irracional de las drogas. Sin embargo su aplicación para el médico homeópata no es fácil, pues requiere del pleno dominio de la patogenesia. Un dominio superficial
dará pobres resultados, de aquí la importancia del estudio constante, que requiere la materia médica.